- INTRODUCCION
En este blog queremos dar a conocer la historia de una empresa, que nació en Colombia y que se a expandido por diferentes países a través del mundo, gracias a la pasión y disciplina que tuvieron dos estudiantes para sacar su proyecto adelante. Esta pareja inició su negocio con 75,000 pesos colombianos sin tener claro una idea o plan de negocio, actualmente cuentan con 54 puntos abiertos, de los cuales 42 se encuentran en Colombia, 3 en México, 2 en España, 3 en Panamá, 3 en Ecuador y 1 en Venezuela. Ellos dicen que su éxito se debe al ahorro y eficiencia es su estrategia de crecimiento, además de su diferenciación o el valor agregado, tratando de siempre tener presente la calidad humana, la buena atención para así siempre tener clientes satisfechos en todos los puntos de su franquicia.
- HISTORIA
Esta historia comienza con una
pareja de estudiantes universitarios, Beatriz Fernández y Eduardo Macías,
quienes se conocieron e iniciaron una relación mientras estudiaban
administración de empresas en el Colegio de Estudios Superiores de
Administración en la ciudad de Bogotá Colombia. Esta idea de negocio surge
porque estas personas atravesaban dificultades financieras familiares
decidieron iniciar una pequeña crepería, entre clases esta pareja formulaba la
idea de como crear esta propuesta gastronómica con el objetivo de innovar en su
ciudad. Esta idea se le ocurrió a Beatriz, quien tuvo la oportunidad de viajar
con su padre a Europa y quedó fascinada con los pequeños puestos de crepes en
las calles de parís.
Aquí es cuando comienzan a
materializar su sueño, destacar con una nueva propuesta gastronómica y ayudar a
sus familias de forma económica ya que ambas familias estaban pasando por
ciertas dificultades, luego de la visita de Beatriz por Europa, ella y su padre toman la
iniciativa de comenzar este emprendimiento y lo hacen en un semisótano de su
casa, Beatriz y Eduardo muy felices comienzan a adecuar este lugar para darle
el aspecto del cual se inspiraron, una crepería francesa, pusieron como
decoración dos micos de peluche, hicieron un menú en una tabla e instalaron una
barra de madera para atender a los clientes.
Aunque ninguno de los dos tenía
conocimiento ni experiencia en la industria, no se detuvieron frente a este
obstáculo y simplemente comenzaron aprovechando unas recetas de crepes de la
abuela de Eduardo. Tomaron esta recete para iniciar y añadieron a su menú
wafles que encontraron en un libro de recetas inglesas, así mismo agregaron
helados, café y jugos y le dieron partida a su restaurante, el día 13 de abril
de 1980.
Pese a todo, el negocio desde el
comienzo atrajo a una cantidad considerable de clientes gracias a su ambiente
juvenil e informal. Sus primeros comensales fueron compañeros de la universidad
y transeúntes de la zona. Si bien los crepes les quedaban muy buenos, Beatriz
admite que sus waffles no eran muy agradables. Sin embargo, esta situación
cambiaría por completo gracias a un suc4so muy peculiar. Según cuenta la
emprendedora, quince días después de haber abierto por primera vez el negocio,
llegó al lugar una anciana y pidió unos waffles. Tras probarlos, la llamó y le
dijo: “Tus waffles son horribles”. Beatriz y Eduardo quedaron sin palabras,
pero reconocían que ella tenía toda la razón. La anciana se puso de pie y pidió
entrar a la cocina; dio una vuelta por el lugar y les dijo: “Todo esto me
parece muy simpático. Yo soy experta en waffles; les voy a regalar mi receta”.
Salió del local y una hora más tarde regresó con una receta escrita en papel
dentro de un frasco de vidrió. Les entregó la receta y se fue. Desde entonces,
esa es la receta que la empresa usa para preparar los waffles con los que han
conquistado a millones de paladares.
Poco a poco el negocio empezó a
crecer y a hacerse muy popular, hasta que ese primer local les quedó pequeño.
Es entonces cuando abren su segundo local ubicado en el centro de Bogotá y en
este nuevo transforman la barra de madera en mesas individuales. Así crecieron
durante varios años por el país y abrieron nuevos locales en Cartagena, Cali y
Medellín. A medida que la empresa crecía, sus fundadores comenzaron a
desarrollar planes para apoyar a sus trabajadores y para retribuir a la
sociedad parte del éxito que estaban logrando, pues ambos siempre han sido
fieles creyentes de que el emprendimiento debe ir de la mano con la
responsabilidad social.
En 1995, abren su primer
establecimiento fuera de Colombia, eligiendo a Quito – Ecuador como su nuevo
destino. Para ese momento, Beatriz y Eduardo sentían que tenían un enorme
compromiso con sus clientes, con sus trabajadores y con la sociedad, por lo que
decidieron conformar una junta directiva para que la empresa tuviera una visión
más amplia y pudiera seguir creciendo sin depender de ellos. Así nació la
misión que guiaría a la empresa en su siguiente etapa: “Despertar admiración
por servir arte con amor y alegría a precios razonables.” Con una sólida
estructura empresarial, un gran propósito y mucha ilusión, Crepes & Waffles
continuó sus planes de expansión abriendo decenas de nuevos establecimientos
cada año y llegando a países como Panamá, Venezuela, México, Perú, Brasil,
Chile y España, aunque eventualmente tuvieron que cerrar en algunos de estos
países debido a problemas administrativos.
Como dato curioso, Beatriz cuenta
que, cuando Crepes & Waffles apenas estaba empezando, el rector de la
universidad le dijo: “¿Cuatro años de carrera para terminar como vendedora de
mostrador?” Esta frase la hizo llorar mucho, pero ella no renunció a su sueño.
Tiempo después, cuando la compañía se había convertido en un caso de éxito en
el país, el rector la llamó para felicitarla y le dijo: “Niña Betty, ha dejado
usted muy en alto el nombre del CESA”. A lo que ella respondió: “Mire a dónde
está llegando su vendedora de mostrador”.
- FUNDADORES: Beatriz Fernández y Eduardo Macías
- SU EXITO
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- OPINIONES
Mi opinión frente al tema de
creppes y en relación con mi carrera ante el trabajo en equipo es muy
importante ya que es una carrera en la que trabajar en equipo ya que es
fundamental, con amigos, socios o clientes, en casos como unirse a mirar cómo
ve y quiere algo un cliente, es fundamental escucharlo y ponerse en su posición,
como así saber trabajar con compañeros para sacar a flote un proyecto, como fue
el caso de creppes ya que sus fundadores supieron cómo llevar las adversidades
logrando un objetico optimo a pesar de que muchas personas no creían en ellos,
y eso está bien ya que nos encontraremos en el camino con personas a las que no
debemos escuchar y a las que si debemos escuchar, tomando siempre decisiones
con cabeza y pensando siempre en un resultado positivo